
Investigación diseñada para buscar una tipología de consumidores de riesgo entre jóvenes de 18 a 25 años. Se lleva a cabo a partir de una selección intencional de una muestra de consumidores habituales de drogas y a dicha muestra se le pasa una batería de preguntas sobre valores, opiniones, comportamientos y niveles de consumo. El objetivo es definir constructos de consumos de especial peligrosidad.
La hipótesis de partida es que la dimensión de riesgos no sólo depende del patrón de uso sino también de un conjunto de comportamientos añadidos. La muestra consta de 750 casos de Bilbao, Madrid y Valencia.